miércoles, 12 de noviembre de 2008

Lavezzi, Hamsik, Denis y los demás

Si hay un equipo en el calcio que esté causando sensación en este comienzo de temporada ése es sin duda la SCC Napoli. Tras su retorno a la Serie A la pasada temporada, y purgados sus pecados en las categorías menores del fútbol italiano, la afición napolitana vuelve a soñar con revivir los tiempos de bonanza de antaño.

A pesar de la temprana eliminación en Copa UEFA a manos de otro histórico como el Benfica el equipo sigue manteniéndose en la parte alta de la tabla, es tercero a un punto del todopoderoso Inter, y amenaza con pelear hasta el final por alcanzar el sueño de la Champions. Y gran parte de culpa de este espectacular comienzo la tienen tres jugadores en los que voy a centrarme en este artículo: Ezequiel Lavezzi, Germán Denis y Marek Hamsik.

Lavezzi es, sin lugar a dudas, el alma máter de los celestes. Los tifosi de San Paolo están rendidos a sus pies, y no les faltan motivos. El de Santa Fé llegó la pasada temporada a tierras transalpinas tras salir campeón del Clausura con San Lorenzo para coger la responsabilidad ofensiva del Nápoles. Los cuarenta y dos tantos logrados en Argentina le avalaban, y el pocho no defraudó. Ya no es solo la aportación goleadora del argentino, sino la sensación de peligro que aparece cuando el '7' agarra la pelota. Lavezzi se aleja del estereotipo de delantero centro goleador, ya que se involucra en la creación del juego y multiplica su peligro llegando desde atrás.

Para acompañar al pocho ha llegado desde Argentina el tanque Denis. El delantero, procedente de Independiente llegó para completar una delantera casi letal. La calidad y el talento de Lavezzi más el gol de Denis, casi nada. Germán puede parecer por su planta un delantero tosco, pero nada más lejos de la realidad. A la dureza y fuerza, por algo le apodan el tanque, hay que unirle un más que aceptable manejo del balón y una inteligencia bárbara para estar en el lugar oportuno en el momento oportuno. Es un auténtico killer, en el sentido estricto de la palabra. Su periodo de adaptación ha sido prácticamente nulo y desde los primeros partidos que disputó con la celeste ya la rompe también en Europa. Tremendo acierto de la secretaría técnica napolitana.

Completa el trío Hamsik, jovencísimo centrocampista eslovaco de enorme talento. Aúna velocidad, técnica y lo más importante, llegada a gol desde segunda línea. Traido a Italia hace tres años por el Brescia, fue comprado al igual que Lavezzi la temporada pasada para apuntalar el retorno del Napoli a la Serie A. Sin duda es un jugador del que se espera mucho por su corta edad (apenas 21 años) y que ya empieza a hacerse un nombre en el calcio.

Pero no sólo de ellos vive el Nápoles. Paolo Cannavaro o Santacroce en defensa, Maggio o el veterano Zalayeta completan una plantilla que está llamada a dar mucha guerra en este Scudetto. Veremos hasta donde son capaces de llegar.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Sigue siendo el cabezón

Anoche tuve la oportunidad de ver el partido de vuelta de cuartos de final de la Copa Sudamericana entre Boca e Inter de Porto Alegre. Un partido interesante en La Bombonera, los xeneizes necesitados de dos goles para levantar la eliminatoria que Álex (excepcional zurda) puso de cara hace dos semanas y enfrente un Inter de pegada demoledora con los Nilmar, D'Alessandro, Dani Carvalho, el propio Álex... casi nada. Además, por si todo esto fuera poco, otro aliciente para los que somos zaragocistas: ver a viejos conocidos como Álvaro Maior, Gustavo Nery, Nilmar "el deseado"... y D'Alessandro.

El cabezón parece haber vuelto a sentirse importante después del annus horribilis vivido a caballo entre Zaragoza y Buenos Aires. El excéntrico zurdo buscó en su tierra natal escapar del tornado que arrastraba al Real Zaragoza a Segunda pero sus días en el ciclón de Boedo no fueron mucho más felices. Sin embargo parece que en Brasil, y al calor de un fútbol más técnico pero no menos aguerrido, ha vuelto a emerger su gambeta y carácter ganador.

Anoche dió todo un recital, especialmente motivado por jugar ante Boca y en territorio hostil. La afición bostera silvaba cada vez que D'Alessandro agarraba la pelota, pero eso, lejos de retraerle lo motivaba más, su pasado gallina siempre lo acompañará a pesar de vestir otra camiseta. Libre de ataduras se movió por una banda, por la otra, de repente aparecía por el centro... ahora tiro un caño, ahora doy un pase medido... el guante que posee en el pie izquierdo sigue intacto. Para poner el colofón a su gran noche dió la asistencia para que Álex (otra vez Álex) pusiera la guinda.

Pero al mismo tiempo que demostraba que su fútbol es de muchos quilates, también demostró porqué no ha terminado de triunfar en Europa. Su aguerrido carácter, que empezó a aparecer en aisladas acciones, emergió una vez logrado el 1-2 cuando mantuvo una acalorada conversación con Mouche. Tite se olió el percal y retiró de inmediato a D'Alessandro del campo para que la cosa no pasara a mayores. No tenía sentido con la eliminatoria sentenciada, pero eso no es capaz de entenderlo la complicada mentalidad del cabezón.

Internacional sigue adelante en la Sudamericana y podremos seguir deleitándonos con su demoledora pegada, la prodigiosa zurda de Álex, la velocidad de Nilmar o el guante de Andrés... si el quiere, claro.