lunes, 16 de mayo de 2011

Dos históricos dejan la élite

A veces -y solo a veces- el fútbol nos deja entrever la grandeza del deporte que es y nos muestra que, como el título de la telenovela, los ricos también lloran. Los ricos o los que cuentan con un laureado historial a sus espaldas como son los casos de Sampdoria y West Ham United que con sus derrotas de este fin de semana han certificado su descenso a los infiernos deportivos.

La Sampdoria ha sido, contra todo pronóstico, la sorpresa en la Serie A italiana. Pocos o ninguno podían pensar allá por Diciembre que este iba a ser el destino del histórico conjunto genovés o de lo contrario no se habrían desecho de sus dos máximos exponentes ofensivos. Pazzini y Cassano, aunque por motivos totalmente opuestos, abandonaron Genova con destino a Milán y mientras el controvertido jugador ex madridista alternaba actuaciones discretas con goles esporádicos, Pazzini hacía resucitar al Inter en la lucha por el Scudetto. La derrota del domingo en el Luigi Ferraris ante el Palermo, unidas a las victorias de Lecce y Cesena, supuso el golpe de gracia para la Samp. Las imágenes de un desconsolado Palombo pidiendo perdón han dado ya la vuelta a Europa.

El otro damnificado del fin de semana ha sido el West Ham United. Los hummers ya jugaban con fuego desde hace tiempo y ha sido esta la temporada en la que han terminado por quemarse. Los de Avram Grant sucumbían en el último minuto ante el Wigan del español Roberto Martínez a pesar de que se habían adelantado con un esperanzador doblete del senegalés Demba Ba. La derrota y consiguiente descenso le ha supuesto el cargo al técnico israelí que no estará a los mandos del conjunto londinense en su intento de regreso a la Premier tras cinco temporadas de permanencia.

lunes, 9 de mayo de 2011

El Scudetto vuelve a ser rossonero

Tras siete largos años de sequía el Milan volvía a conquistar sobre el césped un nuevo título de liga. Es ya el decimoctavo Scudetto en las vitrinas rossoneri de San Siro, que además cobra un mayor valor si cabe ya que termina con la hegemonía de los últimos cinco años en los que la fiesta se ha vivido en el otro lado de la ciudad. Fue en Roma, magnífico escenario, donde los chicos de Allegri lograron el punto que necesitaban para festejar tras meses de trabajo. El partido no fue gran cosa y aunque el Milan tuvo sus opciones el empate siempre pareció el resultado más probable.

Para recuperar el trono doméstico, Berlusconi se encomendó a la juventud y el juego alegre de Massimo Allegri, que venía de hacer un notable trabajo durante años al frente del modesto Cagliari. Reforzó el equipo en ataque con las llegadas de Robinho -tras su frustrado paso por el fútbol inglés- y el díscolo Zlatan Ibrahimovic que regresaba a Milán tras no congeniar con la personalidad de Pep Guardiola en Can Barça. Para el centro del campo se pensó en la juventud y fuerza de Kevin-Prince Boateng como complemento a unos Gatusso, Pirlo y Seedorf ya en decadencia e incluso se firmó al joven Amelia para la portería. En el mercado de invierno Cassano reforzaría la nómina milanista para cubrir la baja de Pippo Inzaghi, lesionado para toda la temporada en el partido de Champions ante el Madrid tras anotar dos tantos.

El equipo comenzó la temporada como un tiro y pronto se postuló como máximo favorito al Scudetto aprovechando el mal arranque del Inter de Benitez y el anclamiento de una Juve que no acaba de resurgir. Incluso en Champions el equipo pasó la primera fase de grupos en uno de los más complicados, junto a Madrid, Ajax y Auxerre. Sin embargo, y tras alzarse con el titulo de campeón de invierno el equipo se atascó y, unido al resurgir del Inter junto a un voluntarioso Napoli, se complicó la vida dilapidando gran parte de su renta. La eliminación en Champions a manos de un mediocre Tottenham hizo temer lo peor pero la squadra milanista supo finalmente reponerse y afrontar la recta del campeonato con garantías.

Apenas un par de días después de festejar en el Olímpico la secretaría técnica ha comenzado a dar las primeras pinceladas de lo que será el Milan 2011-2012 con los fichajes de Taiwo (25), procedente del Olimpique, y Mexes (29), de la Roma. Dos refuerzos de garantías para la defensa rossonera que se unen a la continuidad de Ibrahimovic, por el que el club lombardo pagará la opción que tenía firmada. Son los primeros pero a buen seguro que no serán las únicas adquisiciones de un club que quiere recuperar la grandeza perdida. Ya lo ha conseguido en Italia, y ahora quiere hacerlo en Europa.