lunes, 30 de junio de 2008

Y la sorpresa fue España

Ya se han cumplido 24 horas desde que Rosetti proclamase campeona a España con el pitido final y el país entero sigue inmerso en una celebración sin precedentes. Cada ciudad fue anoche una fiesta roja en una calurosa noche de verano. la noche del 29 de Junio que ya quedará en la historia como el día que España se quitó todos los miedos y complejos de un plumazo, y gritó al cielo austriaco que reinará en Europa durante los próximos cuatro años.

Escribía hace tres semanas que Alemania era mi favorita para hacerse con el titulo continental, y cerca estuvo. Tuvo la mala suerte de cruzarse en el último peldaño de la escalera con una bestia parda que la arrolló y terminó por hacerla caer por ellas. También dije que ojo a Turquía, que apuntaba alto como selección revelación, y vaya si lo fue. Solo las lesiones y la sempiterna Alemania les apartó del sueño de una final.

Pero lo que nadie (bueno quizás los más patrios optimistas) pensaba era que España, esa eterna promesa de buen fútbol y grandeza, iba a explotar en tierras alpinas de una vez por todas. Hubo quien los dio por muertos en primera ronda, pronosticando que no serían capaces ni de sortear un grupo con peligro, pero no tanto. Craso error. No solo vencieron sino que convencieron, aunque ante Suecia se hiciese sobre la bocina. El huracán que asoló a Rusia se convirtió en cierzo contra suecos y griegos, pero España ya sabía que podía y reservaba fuerzas para derrotar su complejo. Los cuartos de final.

El partido jugado de tú a tú contra los campeones mundiales (y la forma en que se venció sobre todo) fue la confirmación de que los chicos de Luis iban en serio. Y vaya si iban. Rusia, otra vez Rusia, volvía a cruzarse en el camino después de eliminar con brillantez a la otra jugona del campeonato, Holanda. 45 minutos, ese fue el tiempo que aguantaron los eslavos, noqueados en lo que probablemente fuese el mejor segundo tiempo jugado por la roja en mucho tiempo. A la final.

Y allí estaba, la imponente Alemania, esos que Lineker bautizó como "los que siempre ganan a esto del fútbol". Pero España había perdido el miedo en una tanda de penaltis una semana antes. Alemania trató de quitarle el balón a España, que no se sintiese cómoda, pero tampoco pudo mantener el ritmo y también besó la lona cuando Torres ganó la carrera a Lahm y levantó la pelota por encima de Lehmann. Pudo haber sido una victoria más holgada, pero el destino tenía reservado para España otra prueba de madurez: aguantar un 0-1 durante una hora ante los germanos.

Y España se hizo mayor...

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